La base del contenido para todo el proceso de la Economía del Bien Común es el libro designado con el mismo nombre. Aquí aparece resumido en 17 puntos: :
- Valores básicos de la Economía del Bien Común
- Cambio de coordenadas para el marco de incentivos
- Utilización de excedentes del balance financiero
- Liberación de la presión del crecimiento o anexión
- Limitación de las diferencias de ingresos y patrimonios
- Democratización y copropiedad de grandes empresas
- Bienes democráticos
- Banco democrático
- Reducción del horario de trabajo retribuido
- “Año sabático”
- Desarrollo de la democracia
- Asamblea económica
- Convenciones democráticas
- Cinco nuevas asignaturas obligatorias
- Competencias de gestión social
1. La economía del bien común se basa en los mismos
valores que hacen florecer nuestras relaciones: Confianza,
Cooperación, Aprecio, Democracia, Solidaridad. Según recientes investigaciones
científicas conseguir buenas relaciones son la mayor fuente de motivación y
felicidad de los seres humanos.
2. El marco legal económico
experimenta un giro radical, cambiando las coordenadas ‘afán de
lucro-competencia’ por ‘cooperación-deseo de bienestar
público’: Empresarios con espíritu de cooperación serán recompensados.
La actitud competitiva conlleva desventajas.
3. El
éxito económico no será medido primando la cantidad de dinero
obtenido, sino con el balance del bien común (a nivel de
empresas) y el producto del bien común (a nivel de sistema).
El balance del bien común se convierte en el balance principal
de todas las empresas. Cuanto más social, ecológica,
democrática y solidaria sea la actividad, mejores serán los resultados del
balance del bien común alcanzados. Mejorando los resultados del
balance del bien común de las empresas en una economía
nacional, mejorará el producto del bien común.
4.
Las empresas con buenos balances del bien común disfrutarán de
ventajas legales: tasas de impuestos reducidas, aranceles
ventajosos, créditos baratos, privilegios en compra pública y a la hora de
reparto de programas de investigación, etc. La entrada en el mercado se verá,
por tanto, más favorecida para actores éticos y sus productos y servicios, que
los de los no-éticos, indecentes y no ecológicos.
5. El
balance financiero será el balance secundario. El
beneficio financiero pasa de ser fin a ser
medio. Éste sirve sólo para aumentar el ‘nuevo’ fin
empresarial: Aportación al bien común. Los excedentes del balance financiero
deberán utilizarse para: inversiones con plusvalía social y ecológica,
devolución de créditos, depósitos en reservas limitadas, bonificación a los
empleados de forma restringida, así como créditos sin intereses a empresas
cooperadoras. No se utilizarán los excedentes para bonificar a personas que no
trabajan en la empresa, adquisición hostil de otras empresas, inversión en
mercados financieros (éstos dejarán de existir), o aportaciones a partidos
políticos.
6. Como el beneficio financiero es ahora un medio,
y deja de ser un fin, las empresas pueden esforzarse hacia su tamaño
óptimo. No tienen que temer ser adquiridas, o sentirse obligadas a
crecer para ser más grandes, más fuertes o con mayores beneficios. Todas las
empresas están liberadas de la presión del crecimiento o
anexión.
7. Las diferencias de ingresos y
patrimonios serán limitadas: Ingresos máximos de 20
veces el salario mínimo. Propiedades que no excederán los 10 millones de euros,
el derecho de cesión y herencia, 500.000 euros por persona, en empresas
familiares a 10 millones de euros por hijo. El excedente sobre estos límites
serán repartidos como “Dote democrático” para las siguientes
generaciones: igualdad de capital inicial significa mayor igualdad de
oportunidades (Los márgenes exactos deberán ser definidos democráticamente en
una asamblea económica).
8. En grandes empresas a partir de
un elevado numero de empleados (por ejemplo, más de 250) los derechos de
decisión y propiedad pasan parcial y progresivamente a los empleados y
ciudadanos. La población podrá ser representada directamente a través de
“parlamentos económicos regionales”. El gobierno no posee
derecho decisorio o de intervención en empresas publicas.
9.
Esto es igualmente válido para los bienes
democráticos, la tercera categoría de propiedad, junto a una mayoría de
pequeños y medianos empresarios y grandes empresas de propiedad mixta. Por
bienes democráticos entendemos instituciones económicas públicas en campos de
enseñanza, salud, acción social, movilidad, energía, o comunicación: la
infraestructura básica.
10. Un bien democrático importante es
el banco democrático. Éste sirve, como todas las empresas, al
bien común y, como todos ellos, controlado por la ciudadanía soberana y no por
el gobierno. Sus servicios consisten en depósitos de ahorro garantizados,
cuentas corrientes gratuitas, créditos de interés reducido y créditos de riesgo
social. Los mercados financieros en la forma actual ya no existirán.
11. El horario de trabajo retribuido se verá
reducido escalonadamente hacia la marca, deseada por mayoría de 25-30 horas
semanales. De este modo queda tiempo libre para otros tres campos de trabajo de
gran importancia: trabajo de relaciones y cuidados (niños, enfermos, ancianos),
trabajo de crecimiento personal (desarrollo de la personalidad, arte, jardín,
ocio), trabajo en la política y actividades públicas.
12.
Cada décimo año en la profesión es un “año sabático”
que será financiado a través de un salario mínimo sin compromisos. Las
personas pueden hacer en este tiempo lo que quieran. Esta medida descarga el
mercado de trabajo en un diez por ciento de la tasa de desempleo en la comunidad
europea.
13. La democracia representativa será completada por
la democracia directa y la democracia
participativa. La ciudadanía soberana debería poder controlar y
corregir su representación, decretar leyes por si misma,
modificar la constitución y poder controlar las infraestructuras de
abastecimiento – ferrocarril, correos, bancos -. En una democracia real
son idénticos los intereses de los representantes y los de la
ciudadanía soberana. Requisitos para ello son un Derecho General de
colaboración y control por parte de la ciudadanía soberana.
14. Todos los puntos angulares deberán
madurarse a través de discusiones intensas en un amplio proceso de bases, antes
de que se conviertan en leyes elaboradas por una asamblea
económica directamente elegida; su resultado se votará democráticamente
por la ciudadanía soberana. Lo que sea aceptado, se introducirá en la
constitución y sólo podrá volverse a cambiar con el respaldo de la ciudadanía
soberana.
15. Aparte de la asamblea económica del bien común
habrá otras convenciones para profundizar la democracia: convención para
la educación, convención para los medios de comunicación y una
convención para la creación de bienes democráticos.
16. Para afianzar en los niños los valores de la economía del
bien común y poderlos practicar serán introducidas las siguientes materias en
los programas educativos: emocionología, ética, comunicación,
educación democrática y experiencia de la naturaleza.
17. Debido a que en la economía del bien común, el éxito
empresarial posee un significado muy diferente al que actualmente recibe,
deberán ser establecidas otras competencias de gestión, los más
responsables y competentes, los más empáticos y sensibles, serán los elegidos,
los que se capaciten, por encima de si mismo, como personas que piensan y
sienten de forma ecológica y social, convirtiéndose en solicitados modelos.
Fuente: Economía del Bien Común
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