domingo, 19 de febrero de 2012

GRECIA PONE EN EVIDENCIA A LA CLASE POLÍTICA

Lo que ha sucedido en Grecia es de extrema gravedad. Se ha producido una novedad que confirma la teoría política que vengo defendiendo en España desde hace 30 años y que en Estados Unidos se defendió mediante la teoría de las tres ces: coordinación, coherencia y conspiración. Esta teoría demuestra la existencia de una clase política ―no son palabras retóricas para criticar a los partidos políticos― sino una verdadera clase política con unión de intereses y solidaridad entre sus miembros. Una clase más fuerte que la clase obrera, la clase burguesa y la clase financiera.

Hoy la existencia de la clase política se puede demostrar científicamente. La prueba palpable acaba de proporcionárnosla Grecia: nada menos que el 25 por ciento de los diputados griegos votaron en contra de las medidas de la troika financiera europea para conceder la segunda parte del rescate económico. En Grecia ha habido coordinación, coherencia y conspiración de la cúpula de los partidos políticos para expulsar a los diputados que no obedecían la disciplina de voto.

¿Por qué conspiración? La teoría de las tres ces sirvió para negar que en EEUU existiese una clase política tal y como existía en Europa, con intereses de clase superiores al interés de cada partido. La palabra conspiración era muy fuerte para utilizarla en EEUU, pero no en Europa. Además esta teoría sirvió para que prosperara la tesis de Robert Dahl donde, en lugar de hablar de oligarquía, hablaba de poliarquía. Maravillosa palabra que en seguida hizo suya la socialdemocracia europea para afirmar que en Europa no había oligarquía, y defender lo que para ellos era la nueva forma de la democracia: una con multitud de centros de poder. Falso. Era mentira.

Grecia ha probado que existe una conspiración total de la clase política. Sin embargo no ha sido la clase política la que ha incorporado a la clase financiera, sino al revés. La conspiración se ha producido por la aspiración de la clase financiera, que ha aspirado como si fuese basura a toda la clase política y la ha incorporado dentro de sí misma. Hoy no hay más que una clase de intereses: la clase financiera que ha asumido dentro de ella a la clase política y la clase sindical. Esto además dota de un nuevo sentido a la palabra conspiración y la devuelve a sus orígenes, porque la palabra conspirar viene del verbo respirar, que significa respirar y soplar: conspirar significa “respirar juntos”.

En el diccionario español la conspiración es “la unión de muchos, generalmente en secreto, para rebelarse contra el soberano”. Como ellos creen que el soberano, en las democracias europeas, es el pueblo ―cosa que no es verdad― en Grecia estamos asistiendo a una conspiración verdadera. La conspiración de la clase política integrada dentro de la clase financiera contra el pueblo.

ANTONIO GARCÍA-TREVIJANO FORTE
Diario de la RC

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